De todas las citas, reuniones, fiestas, comisiones, ceremonias, etc… a las que que tengo previsto acudir, sólo hay una a la que tengo la certeza absoluta de que no faltaré.
No hay principio de incertidumbre alguno, no hay circunstancia que pueda adelantarla o posponerla. Llegaré puntual como un clavo y allí estará la muerte esperándome con los brazos abiertos.
Mientras tanto, ella, indolente, da cuerda a mi reloj y yo me esfuerzo en exprimir los minutos.
Ella piensa “todo se andará” y yo pienso “cada cosa a su tiempo”.
Le doy la espalda, inconsciente, sabiendo que hoy, otra vez, gano yo; pero que llegará el día en que se salga con la suya.
desasosegada
No hay principio de incertidumbre alguno, no hay circunstancia que pueda adelantarla o posponerla. Llegaré puntual como un clavo y allí estará la muerte esperándome con los brazos abiertos.
Mientras tanto, ella, indolente, da cuerda a mi reloj y yo me esfuerzo en exprimir los minutos.
Ella piensa “todo se andará” y yo pienso “cada cosa a su tiempo”.
Le doy la espalda, inconsciente, sabiendo que hoy, otra vez, gano yo; pero que llegará el día en que se salga con la suya.
desasosegada
Me parece un buen relato. Pero me gustaría decir que la muerte no es ningún ente, simplemente es cesación de la vida, el final de la vida y hay que tomárselo con naturalidad porque es inevitable ... de momento.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo, esto es simplemente una ficción.
ResponderEliminarUn saludo. marga.
Como dicen que decía Baroja mirando su reloj de pared: "Todas hieren, la última mata".
ResponderEliminarEn cuanto a mí, frente a quienes digan que la muerte es un desastre diré que es algo natural y asumible, y frente a quienes digan que es natural y asumible, diré que es un desastre. Porque ambas cosas me parecen ciertas, y creo que hay que encajarlo sabiendo que es así.
Yo la vi una vez de frente, con motivo de una enfermedad grave, y creo que se puede asumir. Desde entonces la temo cada vez menos. Pero eso sí, que tarde mucho.
Saludos de El Manco
Yo no he estado cerca de ella más que a través de otros y te confieso que me da miedo, pero nada comparable con el pánico que me da lo que puede precederla, pa porsi a cruzar los dedos y a brindar por la vida.
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