Escribió la carta de su puño y letra, la introdujo en un sobre ribeteado de cuadrados azules y rojos con un sello estampado en color índigo donde podía leerse By Air Mail. “Llegará volando a Oriente”, le decía a su gatito y sonreía apretando mucho los labios para que no se escapara ni un soplo de felicidad.
Rebosante de vigor como poseída por el avatar de un chihuahua no paraba ni un instante. Recogía pulcramente su cuarto, no protestaba para ir a la ducha, comía cualquier plato incluso los verdes y no transgredía límites. Ya no bajaba las escaleras de dos en dos, bebía sin derramar, se marchaba sola a la cama temprano y dejó de dar vueltas infinitas en el sillón del despacho. Por fin, llegó la gran noche.
“Mejor no les pongas coñac en las copas, por si les para la Guardia Civil ¿vale mamá?”.
Montesinadas
Rebosante de vigor como poseída por el avatar de un chihuahua no paraba ni un instante. Recogía pulcramente su cuarto, no protestaba para ir a la ducha, comía cualquier plato incluso los verdes y no transgredía límites. Ya no bajaba las escaleras de dos en dos, bebía sin derramar, se marchaba sola a la cama temprano y dejó de dar vueltas infinitas en el sillón del despacho. Por fin, llegó la gran noche.
“Mejor no les pongas coñac en las copas, por si les para la Guardia Civil ¿vale mamá?”.
Montesinadas
Hoy mirando al niño de una amigo me he dado cuenta de que creemos verdaderamente en los reyes cuatro o cinco años y sin embargo esa maravillosa quimera nos marca para siempre.
ResponderEliminarUn beso monte y feliz año.