jueves, 23 de enero de 2014

Renacer

Presentía que los sonámbulos pensamientos una vez más invadirían su mente que desde hacía tiempo se había convertido en un recipiente hermético del que en vano intentaban huir. Intuía aquel martilleo en sus sienes durante inamovibles horas mientras él, ajeno, yacía a su lado.

Pero esa misteriosa noche de abril sin saber muy bien el porqué no opuso resistencia y tendida en la cama, con los ojos fijos en el techo, los esperó serena.

Un halo de luz se filtró por la lúgubre habitación que hasta entonces había sido su cerebro y, vencidos por la luminosidad, los pensamientos resbalaron inertes como arena entre los dedos.

Desde esa región inhabitada, una inmensa paz la acunó hasta sumergirla en un profundo y eterno sueño del que renació con el nuevo día.

Fue entonces cuando en silencio le dijo adiós para siempre.

eRRe

1 comentario:

  1. La vida, como el agua, como la luz termina por filtrarse por cualquier hueco.
    Un saludo.

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