Salí volando desde adentro de mi cuerpo. Me elevé sobre una cadena de riscos nevados. El paisaje me hizo sentir la libertad, flotaba en el aire que ya no era capaz de respirar. Durante un momento, cruzó mi mente la posibilidad de regresar, pero no quise. Yo ahora pertenecía al mundo de lo etéreo, de lo eterno.
Varias horas después, pude presenciar mi propio entierro.
Luciano Doti
Varias horas después, pude presenciar mi propio entierro.
Luciano Doti
Morir, dormir, tal vez soñar...
ResponderEliminarA veces, en nuestros sueños más plenos, soñamos que volamos. Agradable fantasía, la de una muerte así.