Una vez más, se presentó puntual a su cita anual. Cada año, superaba un poquito más las expectativas. Llevaba el peso de su carisma, de todos los estratos que una memoria puede acumular sin desplazar tierra firme.
Su nombre esta grabado a fuego en la piel de todas las quimeras. Desde esa tarde de enero, que empezamos a fabricar las esperanzas más utópicas. Es el fuego purificador al que nos entregamos redimiendo nuestros pecados.
El problema empieza exactamente cuando toda esa amalgama de conceptos, los guisamos en riguroso directo. Nada sale igual que como lo habíamos imaginado.
De hecho, estoy rellenando los papeles de la separación. No podía haber elegido otra fecha. Parece ser que ella también imaginó sus planes para esta fecha, y yo, no estoy incluido.
Nunca podía haber imaginado que, a la vuelta de vacaciones, mi vida daría un giro tan enérgico. No sé dónde estará ese cordel que solté cuando decidí juntar mi vida a la de esa pers ona que ha cambiado tanto el paisaje hasta no saber donde estoy. La soledad era esto. Pero, por lo menos es Agosto, fin de semana, y podré camuflar mi basura entre miles de personas alegres y anónimas.
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Su nombre esta grabado a fuego en la piel de todas las quimeras. Desde esa tarde de enero, que empezamos a fabricar las esperanzas más utópicas. Es el fuego purificador al que nos entregamos redimiendo nuestros pecados.
El problema empieza exactamente cuando toda esa amalgama de conceptos, los guisamos en riguroso directo. Nada sale igual que como lo habíamos imaginado.
De hecho, estoy rellenando los papeles de la separación. No podía haber elegido otra fecha. Parece ser que ella también imaginó sus planes para esta fecha, y yo, no estoy incluido.
Nunca podía haber imaginado que, a la vuelta de vacaciones, mi vida daría un giro tan enérgico. No sé dónde estará ese cordel que solté cuando decidí juntar mi vida a la de esa pers ona que ha cambiado tanto el paisaje hasta no saber donde estoy. La soledad era esto. Pero, por lo menos es Agosto, fin de semana, y podré camuflar mi basura entre miles de personas alegres y anónimas.
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Pero ya lo dice el refrán: "En agosto, frío en el rostro". Aun si hubiese sidoi en primavera...
ResponderEliminarDesgraciadamente la alegría ajena agudiza la tristeza propia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yendo de refranes añado éste, por si consuela: Cuando llegue septiembre, todo será maravilloso. Un abrazo.
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