Yo no soy el viento,
soy solo su rumor,
que silba al doblar la esquina.
Yo no soy el tiempo,
solo soy un momento,
que quedó prendido
en algún retazo de tu vida.
Yo solo soy el adiós,
una rápida despedida.
¿Pensarás alguna vez en mí?
Yo fui el que pasó.
Esa fragancia en tu cuerpo
es solo mía.
Yo soy como tú.
Un poco de fuego.
Y, luego,
ceniza.
Francisco Rodríguez Tejedor
soy solo su rumor,
que silba al doblar la esquina.
Yo no soy el tiempo,
solo soy un momento,
que quedó prendido
en algún retazo de tu vida.
Yo solo soy el adiós,
una rápida despedida.
¿Pensarás alguna vez en mí?
Yo fui el que pasó.
Esa fragancia en tu cuerpo
es solo mía.
Yo soy como tú.
Un poco de fuego.
Y, luego,
ceniza.
Francisco Rodríguez Tejedor
Muy bonito, Francisco. El amor, la pasión, con toda su carga de posesión humana, impregnada de la necesidad de sentirnos libres dentro de ese maravilloso laberinto. Saludos.
ResponderEliminarGracias amigo. Qué bien lees y comentas, amén de escribir. La idea de amor como laberinto creo que también es un hallazgo. Un abrazo.
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