Llegas tarde, David Bowie. Te esperábamos antes porque ya rebasabas los méritos para estar entre nosotros. Siempre corrieron rumores de que vendrías. Al fin llegas. Ha sido una larga espera. Lou, impaciente, ha vaciado cargamentos de botellas de ron, buscando en sus entranas, cuándo llegarías. La sonrisa de Freddy se ha ensanchado al cumplir su promesa afeitándose el bigote: «Cuando llegue, me afeito. Yeah!». Después de mucho buscar hueco, Amy podrá enseñarte su tatuaje nuevo: un camaleón con ojos de diferentes colores. Vamos, que aquí estamos la mar de alegres, encendiendo las velas de la tarta de recibimiento, la tarta de los «no más cumpleaños». Lástima que ellos se queden tan tristes, ahí, llorándote. Al fin y al cabo, tienen tus vinilos. Nosotros por fin celebraremos tu venida. Ellos, que pinchen la espiral infinita de tus discos. En sus estrechos surcos no cabe la muerte.
La lengua salvada (Mikel Aboitiz)
Precioso homenaje. Me gustó ese cielo donde tanto le esperaban, por suerte para nosotros.
ResponderEliminarAhora sí descansa en paz. Un saludo
Hermoso homenaje.
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