domingo, 12 de septiembre de 2010

Arrojo

Un golpe de mar lo confinó inválido en tierra firme. Su único familiar no pudo acogerle pero le agradecíó que hubiera gestionado aquella habitación de la residencia. Todas las noches repetía el ritual atando al sedal el cuaderno y el lápiz. Tras soltar pita por la ventana ejercitaba su paciencia hasta cobrar presa. Era frecuente que la marquesina no se vaciara a la llegada del bus. En la portada podía leerse: "Relatos de un lobo cazado".

Alsquare

2 comentarios:

  1. No entiendo bien el relato. No logro averiguar qué es lo que pretende con su "ritual" Muchas veces los significados están en la cabeza pero no los ponemos en el papel... cuenta, cuenta

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  2. @juanxxi Tienes toda la razón. He desarrollado un gusto por los relatos densos y no siempre se entiended. En este caso, juego mucho. De entrada el título: arrojar (el mar lo arroja, el arroja el cuaderno, tiene el valor de exponer sus relatos). Luego juego con la inmovilidad y la movilidad... el lobo marino ha cruzado los 7 mares y sin embargo está confinado. Sólo los relatos y los comentarios de quienes lo leen en la marquesina le permite volar. Por otra parte, éstos posiblmente no han salido de las 8-10 paradas de autobús y los relatos les transportan lejos. Por eso pierden el transporte y sin embargo son transportados más lejos aun. En fin... vaya rollo... y gracias por bajarme a la tierra.

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