Eras sospechosa de fraude. Sin dudarlo requisé tus sueños para inventariar sus componentes. Decepcionado, me reconocí el único de tu lista. Ya no podría reprocharte el engaño. Herido en mi orgullo, falsifiqué los datos. Tuviste que admitir que yo tenía razón.
Saryle
Ayyy los celos, los celos... creo que los patológicos hacen ver donde no hay. Muy buen micro, no cambiaría ni un suspiro.
ResponderEliminarUna pequeña joya, Saryle. En mi opinión, has dado con el tono preciso para contar una situación tan dolorosamente frecuente.
ResponderEliminarGracias por vuestros comentarios. Saludos.
ResponderEliminarSuscribo, saryle, es de tus muy buenos.
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