sábado, 18 de septiembre de 2010

Desespera

Con el fuego de tu nombre abrigué mis tantas noches tristes. Pude esperarte de esa forma. Ahora, el agua de tu engaño me ahoga en el vacío cruel de tu ausencia sin final.

mirina


9 comentarios:

  1. ¡Cómo un nombre (me encanta la idea de evocar a alguien a través de su nombre) puede salvar o hundir o asfixiar o alegrar o lo que sea!

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  2. El fuego del deseo y el llanto del engaño. Qué poco has necesitado para decir tanto. Bien, mirina.

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  3. Las lágrimas, bien pensado, son saladas. Cuando recorren nuestra mejilla suelen derivar hacia las comisuras, donde, instintivamente, las chupamos con la lengua, y en ese momento de sabor salado, parte de la amargura que las provocó desaparece. A pesar de su amargura final, me gusta mucho

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  4. @cormoran
    Y a mí me gusta el mr que has construido a partir de "lágrimas", cormorán, gracias ;)

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  5. @Eunuco
    Sí, unas pocas letras bastan para transformar tantas cosas... Por cierto, hablando de nombres, es un honor, caballero, verlo por aquí.

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  6. @mirina
    Aquí estamos, disfrutando de tu poesía. Veo que el cambio de estación agudiza tu percepción poética. Prepárate, ya llega la luna llena.

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  7. Faltan 21 horas. Y gracias por disfrutar, por lo que sea, de lo que sea y como sea, de lo que se trata es de disfrutar.

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  8. @EunucoVaya, lo de "Faltan 21 horas" era la respuesta a tu mensaje, eunuco (ya lo dije, tengo hambre y debo parar).

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