lunes, 27 de septiembre de 2010

Hola y adiós

La vida se le hacía añicos obsesionado con ella. Madrugaba atento al clinclineo de sus llaves, embriagándose del aroma de su piel en aquellos diez pisos de ascensor. Esclavo de sus horarios de azafata acabó por perder el trabajo y los amigos. En sus ausencias rebajó el grosor las paredes que los separaban. Percibía cada ruido, casi cada gesto. Una mañana creyó descubrir que era políglota, hasta que vió en la acera el camión de la mudanza. Le faltó el aire.

Alsquare

3 comentarios:

  1. Bueno, Alsquare, me falta alguna preposición y algún pronombre (por lo que tuve que leerlo más de una vez) pero es una buena historia. Y bien cerrada.

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  2. Amor voyeur, amor al fin y al cabo...

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  3. Gracias a los dos... también tiene alguna palabra inventada "clinclineo". Sé que tiendo a hacer historias algo complicadas de leer y es por ahí por dónde tengo que mejorar.

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