lunes, 13 de septiembre de 2010

Reconocimiento

Caía la tarde y la lluvia con ella. Le pesaba más el agua de su sombrero que la oscuridad recién estrenada. Le gustaba saberse irreconocible con su gabardina larga hasta las botas, su aspecto era de lo más común en ese ambiente húmedo y frío de otoño. Su fama se ocultaría fácilmente entre esas callejuelas malolientes de los suburbios. Entró al cuartucho que había alquilado después de que le dieran el premio que colgaba, enmarcado, de la pared. Se sentó a contemplarlo. Había trabajado toda su vida para recibir el reconocimiento al mejor agente secreto.

Sara Lew


1 comentario:

  1. "Caía la tarde y la lluvia con ella".

    No porque el resto sobre, pero debería terminarse ahí. Esa frase pesa como el agua en el sombrero.

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