miércoles, 13 de octubre de 2010

Atracción

Desafiando a la lluvia y al viento con su desnudez, abre los brazos como si fuera capaz de abarcar al temporal, y, desde el borde del acantilado, lanza una soflama de gritos desordenados y extraños al tiempo que sus ojos se quedan en blanco. Comienza a danzar y entra en éxtasis, mientras entona una antigua canción deshilachada. La tormenta no amaina, pero los turistas, siempre tan generosos, llenan de monedas su morral.

Cronopio


2 comentarios:

  1. Es completamente desgarrador, Cronopio. Solo imaginarlo, me produce tristeza y alegría mezcladas. Una, por sentir su dolor y la otra por saber que al expresarlo, de alguna forma se libera de él. Los turistas, le dan un toque cínico, necesario para resaltar el dramatismo implícito que has querido expresar. Visual. Excelente caballero.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias, veintiuno. Es curioso. Cuando lo colgué en eskup, aunque no tal cual está aquí, alguien dijo que era divertido. Hay que ver las interpretaciones tan diferentes que se pueden dar a un mismo texto. Un abrazo.

    ResponderEliminar