domingo, 24 de octubre de 2010

Cambio de Chip

Bajaba las escaleras tarareando una melodí­a de la radio de la vecina. Recordó que era el último dí­a antes del embargo y apuró cabizbajo los dos últimos peldaños. Al abrir la puerta de la calle un viento despiadado le aterrizó en la cara, haciéndole estremecer mientras un carro de basura le tumbó al suelo.
Al despertar vio que la pesadumbre y la tristeza se habí­an ido y solamente sentí­a la alegrí­a infantil de que viniera a verle Héctor al hospital.
Alba

2 comentarios:

  1. Si no fuera por ellos, por él, pondría rumbo a la libertad, pero sólo a la que entiende y soporta, la suya.

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  2. Justo ahora me percato de que para una vez que no releía si firmaba correctamente puedo entender algo que no entendí.
    Pues este micro sí es mío.Me gustó y disfruté al escribirlo.Me gusta hoy de nuevo.Gracias Hawk ,tardíamente

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