sábado, 30 de octubre de 2010

Crisis

Suena el despertador. Como todos los días, sufre la desgana de levantarse. Apático, se asea y marcha a la oficina. Ficha en el reloj, en punto. Enciende el ordenador y tras leer cuatro periódicos, hace dos o tres informes. Almuerza sin prisa y ojea el correo. Entrega dos trabajos y ficha para irse. En la puerta de casa, se cruza con el vecino; mirándole con mezcla de desprecio y superioridad. Al entrar en casa, comenta a su mujer: ¡Cuánto tiempo pensará estar el vago del vecino cobrando el paro!

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2 comentarios:

  1. La hipocresía de lo socialmente correcto. Afortunadamente hay hombres como el para levantar el país. Ja,ja,ja

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    1. Mientras no sean de los que levantan su propio bolsillo saqueando el país...
      Un relato muy oportuno para los tiempos que corren!.

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