martes, 19 de octubre de 2010

La copia

Le había visto ahogarla a la luz de una farola. Desde entonces decidió que no era buena compañía. Pero, por mas que corría no lograba zafarse de su presencia. Se agazapaba una y otra vez en los recovecos de los callejones oscuros y al salir a la luz de la calle, allí estaba él otra vez y ella pegada a sus pies, oscura, triste y alargada como sólo puede ser una sombra.
Tagore123

2 comentarios:

  1. ¿La sombra es la copia del él? Eso no lo entiendo bien. En cambio, me encanta el sentido ético que le has dado a la sombra, que esta vez trata de escapar, no para tener vida propia como en otras historias, sino porque se niega a compartir su existencia con la de un asesino.

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  2. Efectivamente Mirina. La sombras son las copias de cada uno de nosotros. Creo que el título no está acertado, porque veo que cuesta entenderlo un poquito. Para la próxima. Un abrazo y gracias por leerme.

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