sábado, 30 de octubre de 2010

La habitación

"Me aburres infinitamente". Se maquillaba mientras pensaba en cómo decírselo. Sonrío. Era irónico, en una fiesta de muertos vivientes habría uno más. Su imagen era exultante. Buscó las llaves en el cajón y abrió la puerta para salir. Era la misma habitación. Miró atrás. Cerró la puerta. "No está pasando". Volvió a abrir. La misma habitación. El espejo comenzaba a reflejar la angustia. Inspiró profundamente. Abrió la puerta. La habitación. Esta vez el espejo le devolvió una imagen rota.

Damadeltablero


1 comentario:

  1. Me contaron una vez, que "la noche de todos los santos", -mañana-, no es de cuerdos mirar los espejos, a una hora determinada de la noche... solo y únicamente en ese instante, nuestra imagen no se refleja en el espejo. Mala señal. Es el momento en el que se mezclan los vivos y los muertos. Tu relato me recuerda a este mito, que por si acaso, no miro. El miedo penetra a través de nuestra mente y tú lo has conseguido atrapándonos en esa habitación repetida. Saludos, Dama.

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