sábado, 30 de octubre de 2010

Noche de terror

Ahogaba sus gimoteos en la almohada. Ciñendo las rodillas contra su pecho, se acurrucaba temeroso de la oscuridad. La luz se encendió de pronto, exponiendo así su indefensión. Se incorporó en la cama para observar el cuarto en el que se hallaba encerrado. La austera decoración no ocultaba el estado decadente de las paredes. Las manchas de humedad esbozaban extrañas figuras que parecían tener vida propia. Recreándose en sus miedos, las sombras emergieron de la pintura agrietada y apagaron la luz.

Saryle


4 comentarios:

  1. Tres meses de impago del alquiler provocó que el casero junto con dos agentes entraran en el piso. Estaba vacío y de un blanco impoluto. Solo un pequeño taburete en el centro de la estancia rompía aquel vacío, y sobre el, un fajo de billetes. El casero los guardó en su bolsillo y al apagar la luz para marcharse pudo ver de soslayo a su inquilino tan blanco como el resto de la habitación

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  2. Es genial Sara. Me gusta sobre todo porque has tejido tan bien el escenario que la parte más importante de los acontecimientos ni se cuenta, comienza justo en el momento en el que se termina el texto... Es entonces cuando comienza la verdadera NOCHE DE TERROR...

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  3. Esa incorporación lenta, para vislumbrar el miedo cara a cara. El título acorde con el texto, nos avisa de lo que vamos a leer, terror puro y duro. Imágenes a partir de palabras. Buenísimo, Sara.

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  4. Gracias por vuestros comentarios. Quería hacer un relato de miedo más psicológico, sin hablar directamente de sangre y muerte.

    Cormoran, estupenda continuación. Yo también me lo imagino blanco después que la luz se vuelva a encender.

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