viernes, 22 de octubre de 2010

Oscuro portal - Gabrielpalafox

El tipo le empujó hacia el portal. La navaja brillaba con los faros de los coches. ¡Ponte en ese rincón o te rajo! ¡Y dame todo lo que lleves encima, cabrón! El agredido se metió la mano en el bolsillo y sacó la pistola. Se la metió al pasmado en la boca. ¡Muerde, hasta que me hagas una muesca nueva, mamón!
Nada más llegar al trabajo le llamó el jefe urgentemente a su oficina. Como se temía. Cuánto consuelan las noches largas de invierno, pensó en el ascensor.
Y luego desenfundó el bolígrafo.

4 comentarios:

  1. A todos nos gusta la justicia de la casualidad. No sé si a todos nos gustan las noches de invierno. Y desde luego a pocos nos gusta que nos llame el jefe; un micro con muy buen curriculum, Gabriel.

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  2. papelylápiz23/10/10, 1:22

    ...Y los sueños, sueños son. Luego la encantadora realidad, para bien o para peor.

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  3. Papelylápiz, lo has interpretado como yo lo escribí. Y reconozco que lo escribí truncado. La clave eran los sueños. El personaje tenía que hablar con el jefe de algo muy desagradable y la noche anterior, su subconsciente en aras de compensarle le premió con un sueño en el que él era el héroe. Omití la referencia directa al sueño para que quedara más abierto pero tú seguiste muy bien la pista. Chapeau!

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  4. José Javier, muchas gracias por el comentario. La justicia de la casualidad, como tú dices cuánto nos gusta a todos. Quizás porque todo es una casualidad en esta vida. O quizás porque no existe la justicia, todo está tan predeterminado, y entonces nos satisface tanto la justicia espontánea.

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