Eras una sombra antigua, un anhelo, un sueño ajado y casi perdido, pero no supe o no pude negarme a recorrer de nuevo el camino de vuelta a los laberintoos de tu piel, únicamente guíado por el fino hilo a punto de rasgarse que me tendiste desde tu atalaya de luces sombrías. Caí rendido a tus pies otra vez.
Cronopio
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