Seguro que ayudó el bebedizo que tanto me costó hacerle ingerir.
Su boca en el cine, en la penúltima fila,mientras rebuscaba una palomita de maíz inexistente, se abrió dulce al puente de deseo que otras veces ignoró con un mohín altivo, ese que destrozaba la llama de pasión que más tarde yo derrrochaba en mi cuarto.
Cuando preguntan el secreto de su adhesión a mi cintura cuando paseamos abrazados...yo sonrío
Albada
Bonito, Aldaba. Seguro que el bebedizo no fue otro que la propia pasión de la chica que deseaba al chico, que terminó por embrujarle. La pasión transforma todo, hasta un refresco compartido en ese cine.
ResponderEliminarYo también creo que el bebedizo hizo poquito pero el efecto placebo es poderoso siempre y al muchacho sí le sirvió ( quizá solamente para ganar confianza en él mismo).
ResponderEliminarMe alegra que lo encuentres bonito.Gracias.
La venganza en forma de hechizo, ya sea placebo o real. Creo que es mejor dejarlo al gusto de cada lector, -todos los relatos deben de contener su propio secreto-. Albada, estás que te sales, lo celebro.
ResponderEliminarQue bonito Albada. Ya me darás la formula secreta del bebedizo. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias veintiuno y tagore 123.
ResponderEliminarUsé las palabras de la propuesta:boca, puente, llama y secreto en una situacíon posible en la adolescencia de un muchacho.