martes, 23 de noviembre de 2010

Aniversario

Me levanto triste. Entro al baño y el espejo me rehuye la mirada. O tal vez soy yo la que teme ver reflejado en mi rostro el dolor de despertar un día bajo los escombros de mi hogar; el dolor de salir sola por el único agujero de luz y no hallar más que ruinas; el dolor de sobrevivir a aquél que me salvó la vida.
Me animo y observo de reojo mi reflejo. Veo una chispa de luz detrás de tanta bruma. Como aquel día, y como siempre, encuentro ese resquicio vacío por donde abandonar la oscuridad.


Saryle


3 comentarios:

  1. Con lo difícil, casi quimérico a veces, que es encontrar el resquicio por el que abandonar la oscuridad me reconforta toparme con gente que siempre lo encuentra.

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  2. Así es, Eunuco. Abandonar la oscuridad es más que sobrevivir. Es darse cuenta de que la vida es la luz, un regalo que no se puede desaprovechar.

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  3. Es hermoso, Sara, invita a reflexionar y a seguir avanzando.

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