viernes, 5 de noviembre de 2010

Rapto de soledad

El viejo, fatigado por el esfuerzo, abanica el aire con sus manos curtidas. Tras una pequeña pausa retoma su tarea. Empapa el pincel en la pintura rosa que convertirá ese minúsculo trastero en la tierna habitación de una niña. Piensa amenizar las paredes con cenefas y cuadros infantiles; quizás también con un póster de un bello paisaje que simule una ventana. Entonces, cuando lo tenga todo listo, saldrá a buscar una nieta.

Saryle

4 comentarios:

  1. Linda expresión de lo trabajosos que son los sueños imposibles. Me gusta Saryle. Magnífico relato.

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  2. Gracias Álvaro. En este relato quise tocar dos cosas: La ternura que nos suscitan aquellos que no se resignan a ver cumplido su sueño, pero también lo insano que es que no acepten sus carencias y se sientan con derecho a quitarle lo bueno a los demás. Por mucho que el viejo lo pinte y adorne, incluso con amor, no deja de ser un trastero sin ventanas, y su nieta, el fruto de un rapto.

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  3. Excelente mr. Saryle. Qué difícil es afrontar las carencias profundas e íntimas.Clomo la situación de soledad. Es enternecedor el esfuerzo de pintar y adornar el trastero, pero si no hubiera rapto sería una vida ilusoria y sin sentido. Si hay rapto es una locura psicópata. Quizás lo mejor fuera ir al bar y echar una partida. Si hubiera bar y tuviera amigos...

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  4. Dios, que angustia, ¿quién será la víctima? Esto si que es un lobo con piel de cordero. Muy bueno Saryle.

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