domingo, 12 de diciembre de 2010

Ambición literaria

Era un ingenioso micorrelatista, y sus contundentes tweets causaban furor. Tras incontables y popularísimas intervenciones de 140 o 280 caracteres, le poseyó el prurito del verdadero artista. Sentado ante el teclado, buscó ejemplos en los que inspirarse para expresar pensamientos completos, discursos entrelazados, textos de largo recorrido. Se encontró con un cuarto de millón de textos en incomprensible lenguaje diplomático. Escribió un par de tweets y salió a tomar unas copas.

7 comentarios:

  1. "microrrelatista", no "micorrelatista". Aunque, pensándolo bien, un "relatista de hongos" es un neologismo interesante.

    ResponderEliminar
  2. O de micos :-))

    ResponderEliminar
  3. Luis Nieto (Papelylápiz)12/12/10, 18:02

    ¿Y de quién será el micro? ¿Quién se inspiraba en quién?. Eso también tiene miga...

    ResponderEliminar
  4. Anónimos comentarios a anónimos microrrelatos que tal vez se inspiren en otros anónimos textos de tal vez el mismo o diferente anónimo o anónima. Comentarios constructivos, destructivos, elogiosos o desdeñosos. Continuo baile de anonimatos, quién es qué o quién, y por qué. Todo son sombras, todo es intriga.

    ResponderEliminar
  5. Así, poco a poco se fueron entretejiendo relaciones y se constituyó una sociedad. Anónima, claro.

    ResponderEliminar
  6. Brutales. Tus reflejos.

    ResponderEliminar