jueves, 2 de diciembre de 2010

Arte

Con lo que se emocionaba en los museos, no era extraño que su amante fuera pintor. Se conocieron en el MOMA, cuando la vio enajenada delante del principio del cubismo. Ella era la mejor crítico de su obra. Siempre positiva, construyendo sobre sus aciertos y relativizando sus imperfecciones. Una preciosa historia de amor y pintura que acabó en otro museo, cuando se turbó con un impresionista y la atendió, solícito, un escritor. Ahora se dedica a la crítica literaria, siempre positiva...

Damadeltablero


2 comentarios:

  1. Original, divertido y pletórico de ironía, Dama

    ResponderEliminar
  2. Siempre buscando nuevas sensaciones, Dama. Recorriendo los caminos necesarios para encontrarlas. Me gusta.

    ResponderEliminar