viernes, 3 de diciembre de 2010

Cita a ciegas

Ilusionado oyó el sonido del timbre. Desde que perdiera la luz de sus ojos era su primera cita a ciegas. Abrió la puerta y entró su intenso perfume. Sus labios de melocotón en la mejilla susurraron palabras tiernas con aliento a menta. Tomó su mano y la acompañó al sofá. Ella hablaba despacio, con dulzura. Él escuchaba hasta sus silencios. Poco a poco se fueron acercando, palpando con sus manos la imagen que la vista les negaba. Las caricias reavivaron sus sentidos antes dormidos en la oscuridad.

Saryle

6 comentarios:

  1. Has cerrado los ojos para escribir esto tan bonito. He recorrido el deseo que has mostrado con una luz que alumbra en la oscuridad. Que no se ve, se siente. Gracias por escribir esto, Sara.

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  2. Gracias a ti por leerme, veintiuno. Apenas fue una aproximación a los demás sentidos siempre tan dormidos en la oscuridad. Un saludo.

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  3. Gracias Sara por devolvernos algo de nuestra animalidad perdida con este mr.: el tacto, los olores, los sentidos. Esa atmósfera frecuentemente anulada por la inmediatez de lo visual que hoy lo domina todo. Muy bueno empezando desde el título.

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  4. @gabrielpalafox

    He intentado revivir un poco los demás sentidos, como tu dices, anulados por el aluvión de estímulos visuales que recibimos cada día. Me alegro que te haya gustado, Gabriel. Un saludo.

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  5. Unos sentidos desplazados en muchas ocasiones a un segundo plano que se convierten en protagonistas sublimes en tu mr. ¡Estupendo Sara! Un besín.

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  6. Sin duda la falta de vista agudiza el resto de sentidos.Invita a cerrar los ojos.Una delicia de leer.

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