martes, 28 de diciembre de 2010

Congelemos el tiempo

Nochebuena. Busco tu rostro sereno, reflejo de la paz con que la ocasión busca envolvernos.

Navidad. El brillo de tus ojos recoge nuevos matices, buscando la complicidad de rostros menos serenos, más estridentes.

San Esteban. Intuyo un tamiz en tu mirada. Quién sabe si de cierta impaciencia.

Nochevieja. Contemplo los mismos rostros, oigo las mismas voces ¿Dónde el suave tono de tu tez, el brillo sereno de tus ojos?

Año Nuevo. Partamos de cero.

No, suplica tu mirada. Congelemos el tiempo.



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