Pesé 200 gr. más de lo previsto, me manché la camisa y perdí el autobús.
Intentando recobrarme compuse mi mejor sonrisa, pero mi jefe me miró el culo y adiviné su pensamiento: "como una vaca, se está poniendo como una vaca".
En el banco, el director no me recibió y un empleado anunció que me denegaban el crédito.
No pude aguantar más y le empotré el pisapapeles en la cabeza.
Parecía un gran día, pero algo se torció.
desasosegada
Es que mancharse la camisa suele ser letal. ¡Muy ameno!
ResponderEliminarMe has hecho reir. Me ha encantado y me ha recordado la reciente cruda realidad, a otros niveles, cuando alguien se le juntan todos los males... Muy bueno
ResponderEliminarEso sin contar con el asunto del engorde, que fácil es contrarianos. desasosegada.
ResponderEliminarEfectivamente, hay dias que la vida se pone de canto. jeje.
ResponderEliminarMuy bueno, Desasosegada, aunque yo hago otra lectura: como uno mismo se empeñe en que un día es malo, al final no es otra cosa que un mal día. La actitud personal es el aspecto vital.
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