jueves, 16 de diciembre de 2010

Noche sin paz

Paseó con deleite por la ciudad helada, admirando las luces navideñas. Iba ralentizando su paso, a medida que se acercaba a casa.
-Hola, saludó con desesperanza.
-Hola, susurró su hija desde el teléfono
-Hola, bostezó el pequeño
Su mujer, ni siquiera contestó, hipnotizada ante el televisor.
De golpe sintió todo el frío del invierno y el desasosiego y la soledad.
Supo que esa casa no era un hogar, que su existencia no era una vida y que esa noche, con toda seguridad, no iba a ser de paz.

desasosegada


2 comentarios:

  1. Qué duros son a veces los espejos. Y qué bien lo has narrado. Saludos

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias, ya ves intentaba hacer una alegre estampa navideña y mira lo que ha salido...

    ResponderEliminar