miércoles, 15 de diciembre de 2010

Reencarnación

El alma, cansada de su cuerpo, decidió escapar. Pero un alma carece de verdadera razón de ser sin un cuerpo que la aloje. Probó a habitar cuerpos de toda clase y condición. En ninguno encontró la complicidad que, pese a todo, había llegado a alcanzar con aquél que había abandonado hacía tanto tiempo. Finalmente, desesperada, lo buscó pero lo encontró carcomido por gusanos. Desde entonces, el alma erra en pena, esperando a la resurrección de su propio cuerpo.

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