Se escondía entre la muchedumbre bajo el disfraz de anónimo paseante. Cuando se creía reconocido en los rostros de la gente, bajaba la mirada y seguía caminando. Sabía que quiénes lo perseguían se mimetizaban con el resto; por ello desconfiaba de cualquiera que se le acercase, ya fuese con gesto adusto o exquisita educación. Ese invierno helador se le hacía más difícil escapar de ellos. Por las noches lo venían a buscar en un furgón y con amabilidad le ofrecían cama y comida caliente; pero él nunca caía en la trampa y conseguía escabullirse.
Saryle
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Saryle

Muy bueno el relato, Saryle. Interpretable, con ambiente siniestro. Muy bien contado.
ResponderEliminarGracias Hawk. Tiene interpretaciones diversas dependiendo si se toma literalmente la persecución del personaje, o si se la tilda de simple paranoia de un sin techo que se refugia en las calles.
ResponderEliminarUn saludo.
Un drama más común de lo que imaginamos magnificamente contado con toda la intensidad. A mi juicio más que paranoia es la ruptura última con el mundo... no tener nada... ni siquiera confianza en alguien.
ResponderEliminarMe ha encantado, Sara. Tiene también, a mi juicio, algo de positivo. Una lucha por mantener la individualidad en este mundo que nos aplana y nosuniforma a todos.
ResponderEliminarGracias Alquare y Gabriel por vuestros comentarios.
ResponderEliminar¿Qué historias encerrarán esas personas perseguidas por las sombras de sus propios miedos? Es una intriga..