miércoles, 8 de diciembre de 2010

Refugio

El viento frío le cortó la cara. Intentaba mirar a través de la ventisca. No pudo evitar pensar que el infinito se podría dibujar así: blanco y difuso, sin límite apreciable y sobre todo, silencioso. Volvió al coche y se guió más por instinto que por el maldito GPS, que solo lograba confundir su ya precaria lateralidad. Al final, consiguió alcanzar el destino, según esa máquina infernal. Él, solo estuvo seguro de ello, cuando sintió el abrazo de su amigo y escuchó su voz dándole la bienvenida.

Damadeltablero


4 comentarios:

  1. Sensacional, damadeltablero. Me gusta la ambientación y fascina el mensaje. En este mundo digital y electrónico, nada como un fuerte abrazo y una voz amiga para saber que estamos en casa.

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  2. Máquina vs instinto humano, excelente versión, Dama, sobre todo, como dice 21, por esa fantástica descripción del infinito y la amistad.

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  3. Excelente relato, dama. Cuántos contrastes. La inmensidad del paisaje y el refugio; el instinto y el GPS; la soledad y el abrazo de un amigo. ¡Tanto en tan pocas líneas! Muy bueno.

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  4. Excelente camino desde la ventisca hasta el título, Dama

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