domingo, 30 de enero de 2011

Adiós mundo cruel

El frustrado suicida respiró aliviado. Ahora sí, en el habitáculo que se había encerrado estaba a salvo de cualquier ataque de cordura. Revisó su arsenal: cóctel de píldoras mortal, cuchillas sin usar y sogas resistentes. Con un sobresalto que casi lo mata, cayó en la cuenta que no tenía un papel para despedirse. Quiso salir, pero se había tragado la llave. Miró a las píldoras mortales, a unas de poderoso efecto laxante.

Yo

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5 comentarios:

  1. ¡Madre mía, eso sí que es un suicida patoso! Me ha gustado lo del "sobresalto que casi lo mata". En un suicida cobra otro significado, jejeje. Buen micro.

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  2. Gracias, Hank. Muy amable.

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  3. Aunque pienses las cosas mil veces, siempre hay algun "detalle" que se nos escapa. Detalles que suelen ser tan basicos...

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  4. dijo, no... digo que gracias por vuestros comments.

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