Mi madre tenía una especie de obsesión enfermiza con aquel baile, "la primera impresión es la que cuenta" decía convencida
Así que, allí estaba yo, vestida de princesa, semioculta entre unas oportunas cortinas... cuando me embargó un fuerte olor a quemado.
Envuelta en llamas atravesé el salón camino de la piscina, en la cual me sumergí,con el culo semichamuscado y al aire.
Aquel día me hice famosa.
desasosegada

Y desde entonces y sin esfurzo, triunfó. Eso si, de vez en cuando tenía que repetir el numerito.
ResponderEliminar