lunes, 14 de febrero de 2011

Accidentes naturales

Abandoné el camino, entré en los rumores del bosque y me acerqué a los grandes robles que aún conservan sus nombres, esos viejos troncos torturados que miran con ojos de brujos y se mueven si vuelves la cabeza. Entonces, el viento empezó a contarme historias de fieras venganzas, de condenados que regresan en horas malditas, de celos fatales, de manos culpables no descubiertas jamás. Pero cada vez que yo pregunté por un final, oí la misma respuesta: esto es la montaña, fue un accidente natural.

mirina

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4 comentarios:

  1. Todos tenemos secretos, algunos nunca ven la luz, nunca se saben públicamente, pero siempre se vive con el "temor" que alguien los descubra.

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  2. Me encantó lo de los "robles con ojos de brujos que se mueven si vuelves la cabeza". Es tan gráfico...
    Fantástico, Mirina.

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  3. @CormoranEs verdad, Cormorán, todos tenemos secretos y yo creo que tarde o temprano terminan saliendo a la luz (aunque sea en otra vida) pero no imaginaba que en la montaña se escondieran tantos, si te pasas una temporada por allí, sales con varios relatos ;) Gracias (otra vez) por comentar.

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  4. @Sara LewTú si que eres fantástica, Saryle, gracias :)

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