Se asomó al lugar en el que tantos ratos compartieron, y al fin se atrevió a salir. Enseguida su ausencia se hizo notar, abrumadora, demoledora, como una puñalada de ansiedad. Tembló. De pies a cabeza, sobre todo las manos. Luchó contra la idea de buscarlo que se abría camino empujada por la desesperación. Cuando estaban juntos nunca pensó que podría necesitarlo tanto. Pero cuando ya se quebraban las escasas briznas de voluntad que resistían, el parche de nicotina comenzó a hacer efecto.
eglon82
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Un punto de humor como desenlace del equívoco del nudo y la intriga del inicio, un relato bien resuelto, Eglon, sobre una idea y un problema… realista y cotidiano, me ha gustado.
ResponderEliminar¡Gracias, Mirina! Pretendía ser una continuación de las "Instrucciones para escribir un microrrelato" de Desasosegada. Pero la escritura, como la guerra, se sabe dónde empieza pero no dónde termina...
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