martes, 1 de febrero de 2011

¡Crounch, crounch...!

El niño estaba paralizado de terror. Escuchaba los gritos de su madre, acurrucado en su habitación. Su padre había enloquecido. Estaba obsesionado con el ruido que hacía su madre al masticar los frutos secos que tanto le gustaban. ¡Crounch, crounch!. Por fin, el niño escapó de casa. Cuando volvió con la policía, de la garganta de su madre solo escapaba un débil y gorgoteante gemido. Su padre, todavía con los alicates en una mano, estaba sentado, contando pequeñas piezas blancas teñidas de rojo

Hank66

Blogged with MessageDance using Gmail

3 comentarios:

  1. Personalmente me gusta el relato, me parece brillante. No entiendo las estrellas, y aunque hay que respetarlas, parece un castigo por tratar la violencia de género sin un posicionamiento en contra. Creo que se puede uno reir de un chiste racista sin necesidad de serlo.
    Enhorabuena por el relato Hank!

    ResponderEliminar
  2. Bueno, en realidad no pretendía reírme de nada ni hacer ningún chiste. Me tomo muy en serio el tema del maltrato y la violencia sobre las mujeres. De hecho, tengo algún relato "largo" sobre el tema. Simplemente era uno más de mis "micros" sobre violencia, sobre terror, etc. Personalmente, agradezco más un comentario crítico que una valoración baja sin más, pero tampoco le doy demasiada importancia. El relato se me ocurrió y lo puse aquí. Si a alguien no le gusta, pues no le gusta y tan amigos. Gracias por tu amable comentario, Cormorán.

    ResponderEliminar
  3. No, Hank, el relato es serio, no lo considero de humor negro. Lo del racismo es a modo comparativo únicamente.
    Un saludo

    ResponderEliminar