Otra vez, otra vez se oyen esos malditos gritos y yo me encojo en la cama: "Que se callen, que se callen ya, por favor"
Pero no, los ruidos siguen y siguen y yo lloro y lloro.
Cuando vuelve el silencio, me levanto sigilosa y allí está siempre mamá, llorando.
La abrazo fuerte y pienso en las ganas que tengo de ser mayor, para alejarla de este infierno.
Hoy al llegar del colegio la he encontrado en la mecedora: serena y con los ojos brillantes, el sol hacía resplandecer en su regazo una pistola.
desasosegada
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Pero no, los ruidos siguen y siguen y yo lloro y lloro.
Cuando vuelve el silencio, me levanto sigilosa y allí está siempre mamá, llorando.
La abrazo fuerte y pienso en las ganas que tengo de ser mayor, para alejarla de este infierno.
Hoy al llegar del colegio la he encontrado en la mecedora: serena y con los ojos brillantes, el sol hacía resplandecer en su regazo una pistola.
desasosegada

Brutal, desasosegada, brutal.
ResponderEliminarBien por esa pistola y, sobre todo, por encontrar el valor de usarla.
ResponderEliminarUn saludo