jueves, 10 de marzo de 2011

El poder de la mente

Desde el alba hasta donde los cuerpos no pueden más, estuvimos jugando a todo lo que osamos emprender y fuimos muy atrevidos. Al salir por la puerta lo hicimos de la mano, como siempre. Arreglados, perfumados e impolutos. La presencia era ficticia. Nosotros residíamos todavía en nuestros juegos, llenos el uno del otro, prolongando aquello que nuestros cuerpos no habían podido terminar.
Ese fue el ejemplo que puse a todos aquellos que asistieron al discurso sobre el extraordinario poder mental.

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3 comentarios:

  1. Me gusta la idea, ese seguir pensando en algo totalmente diferente a lo que "se está representando" en la realidad. Y me gusta el final, aunque me despista un poco ese "lo hicimos de la mano, como siempre".

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  2. Perdona, Mirina, se me paso agradecerte el comentario y que me leyeras. Nuestra mente, tiene vida propia, al margen de los actos en directo que proclama el cuerpo físico, así lo veo yo... y unas manos unídas son un puente entre dos almas. Me gusta pensarlo así.
    Un abrazo, amiga.

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  3. Amigo mío, me ha gustado tanto el micro como la frase final de tu comentario "unas manos unidas son un puente entre dos almas"; eso sólo puede brotar de alguien cuyo "poder de la mente" supera ampliamente las espectativas actuales. Excelente! Un besito.

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