sábado, 26 de marzo de 2011

Liz

Llegó al Cielo solamente porque el Papa decretó el fin del Purgatorio, donde pasó sus años, y porque tampoco había sido tan pecador como para merecer el Infierno. Pasaba por ser un alma tranquila, respetada por sus dotes escénicas allí abajo. Pero se desquició cuando sus ojos color violeta y su olor de hembra, felina y caliente, del tranvía del deseo cruzaron las puertas del Paraíso.

eglon82

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