miércoles, 25 de mayo de 2011

Despedidas

Resuenan mis pasos solitarios en el empedrado de la plaza y recuerdo cuando a todas horas se oían cuchicheos y risas.
!Eran otros tiempos!
Luego llegaron las despedidas; empecé abrazando a los amigos que partian buscando una vida mejor y terminé diciendo adiós a los que, renqueantes, marchaban a casa de sus hijos, incapaces de sobrevivir en soledad.
Eso sin contar a tantos como acompañé en su último paseo.
Ahora ya sólo quedamos tu y yo, lucero, cuándo nosotros desaparezcamos, el pueblo se sumirá en el silencio


desasosegada

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2 comentarios:

  1. Tan real como conmovedor, Desasosegada. Hay pueblos que se mueren junto a sus últimos habitantes. Me encantan tus relatos. Un saludo.

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  2. Muchas gracias, Sara, ya sabes que es mutuo. Marga.

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