lunes, 20 de junio de 2011

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Apura los últimos sorbos de un café insípido y frío, mientras mira distraído por la cristalera translúcida del bar.

En la calle, aún resuenan ecos de ideales que se aferran a la vida a pesar del empeño que la rutina y el humo ponen para diluirlos definitivamente.

En su pecho, apenas audible, late un corazón que ayer recuperó el ardor y hoy lucha por seguir hirviendo a contracorriente.

Cronopio

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2 comentarios:

  1. Muy bueno, Cronopio. Como dicen en la tele, de rabiosa actualidad.

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  2. Muchas gracias, Hank. me alegra que te haya gustado. Un saludo.

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