jueves, 30 de junio de 2011

La batalla de la vida.

Es curioso, si alguien va a ser padre desea que su hijo sea bueno, listo o guapo
Olvidamos las pequeñas virtudes como el optimismo o la conformidad porque creemos que eso nos avoca al fracaso y dificulta que lleguemos a "ser alguien"
Por eso nos espolean para que seamos competitivos, para pelear y triunfar, sin pensar que muchas veces lo que espera tras la pelea es el fracaso.
¡Por eso odio las batallas! nos obligan a medirnos, a matar o a morir, descuidando entre tanto lo fundamental: el vivir.


desasosegada

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