miércoles, 13 de julio de 2011

Maniobras de seducción

Todos tenemos una manera de gustar. La mía consistía en cruzar las piernas, sacarme ligeramente el zapato de altísimo tacón y balancearlo con la punta del pie.
Puede parecerles mentira, pero era infalible, si conseguía que un hombre me mirase las piernas, yo estaba salvada y él perdido.
Un maldito accidente me desfiguró las piernas.
Sin mi arma secreta me vi perdida en el mundo de la seducción, así que tuve que empezar a mirar de frente a los hombres. Salí ganando; ligo lo mismo y además ahora tengo amigos.



desasosegada

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