lunes, 8 de agosto de 2011

Ridículos veraniegos

Para hacer el ridículo da igual verano que invierno, pero en verano te ve más gente.
Si no juzguen ustedes mismos.
Hinqué la sombrilla en la playa y me tumbé tan feliz, hasta que un viento racheado la hizo volar.
Temiendo que golpease a alguien, corrí tras ella.
Cuando logré alcanzarla y ya me sentía Mary Poppins tropecé y caí de bruces sobre un señor, con una barriga de medio metro, que tomaba el sol completamente espatarrado.
Aún oía las risas mezcladas con el ruido de las olas mientras volvía al hotel.


desasosegada

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