Hay aquí y allá grupos de chanclas de todo número y color, que corresponden a un árbol genealógico completo, con sus ramas políticas adyacentes. Por unos días conviven en alegre (o no) armonía (o no).
Paseo tras una de esas familias y les observo las piernas, si, sí... las piernas.
Son idénticas; entre las espigadas de la joven y las azuladas de la abuela sólo hay una diferencia, el tiempo.
Sobrecoge pensar podemos adivinar el futuro, sólo hay que mirar y esperar.
desasosegada

Sí, cuando las barbas de tu vecino veas pelar..., pero mucho mejor contado, claro.
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