martes, 29 de noviembre de 2011

Acompañar

Al marcharse de invitada, siempre la llevaba al autocar de salida.
-Son la cuatro de la madrugada ,le dijo, no hagas tarde,ésta vez no puedo acompañarte.
-No te rindas, Cuando vuelva me acompañarás dos veces, me debes una. Pidió el desayuno, -Iba acoger las fuerzas perdidas para engullir-. No pudo.
Murió al siguiente día.
Aniversario
Arena

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