miércoles, 16 de noviembre de 2011

Sexto sentido

Siempre tuve en mi boca la prueba de sus actos cuando no estaba conmigo.
Si sentía reseco el paladar y amarga la lengua sabía que él preparaba la correspondencia privada en su despacho. Un aumento de calor en los labios y un regusto de café me indicaba que hacía una pausa en la máquina expendedora.
El día que me sorprendió con una sensación aceitosa que inundó mi boca de sabor a carmín lo esperé en la oscuridad del salón y nada más existió.


montse


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