sábado, 24 de diciembre de 2011

Belen

Cansados de transitar por el camino ante la indiferencia general, la pareja de emigrantes, harta de buscar alojamiento por todos los rincones de la ciudad, llena por un acontecimiento festivo. Decidieron pernoctar en un pequeño local, por recomendación de unos ocupas, en el cual había instalados unos animales, que no se les inmutó el semblante, ante la extraña pareja, y siguieron rumiando, cuando ella rompiendo aguas se puso de parto. En el desespero, el hombre puso al recién nacido a su calor.

Alfred


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