viernes, 30 de diciembre de 2011

El origen de un mito

Maquiavelo entró en los aposentos privados de un pálido César Borgia. «Ah, Nicolás. Acercaos y oíd el sueño que me rondó anoche. Me nacía un primogénito, un Principito albo como la luna, débil como una brizna de hierba, dulce como una mujer. Guerra y política no le regocijaban. Suspiraba mirando los cuerpos celestes, cultivaba rosas y hablaba con los animales. ¿Creéis que es una premonición?» Maquiavelo aconsejó al Príncipe que vigilara a su esposa. Después escribió una historia que siglos más tarde encontró un aviador francés en una recóndita biblioteca.

mj


7 comentarios:

  1. Buena idea de unir príncipe y principito, en una historia.

    ResponderEliminar
  2. Gracias, Alfred. Licencias que podemos tomarnos lícitamente escudándonos en la fantasía. No te pases con el Krug.

    Feliz Año

    ResponderEliminar
  3. Cosmopolita y extemporánea creación, mj, de un delicado Principito afrancesado de aires art déco, al que conviertes en nieto y sobrino de Papas romano-valencianos e hijo de un presunto criminal de estado brevemente servido por el político y escritor florentino del seicento. Rebuscadamente imaginativo, y muy bien ambientado.

    ResponderEliminar
  4. Gracias, Befana. El chic francés lo continuaría teniendo por parte de madre, suponiendo que hubiera sido hijo legítimo de César Borgia.

    ResponderEliminar
  5. Por cierto, Befana. ¿Rebuscadamente imaginativo se puede entender como una apreciación positiva? Es que me he quedado con la duda.

    ResponderEliminar
  6. @mj

    A ver si te gusta más "sofisticadamente imaginativo", o "estudiadamente imaginativo", o...Bueno, creo que ya es suficiente.

    Dicho de otro modo: Me han encantado los múltiples diedros de tu propuesta, mj. No hay lugar para la duda.

    ResponderEliminar
  7. Gracias. Qué alivio. Rebuscado es algo de lo que intento huir. Siempre me han gustado los textos claros. Un saludo muy cordial, y gracias de nuevo por tu atención.

    ResponderEliminar